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Musicales

Mariella Köhn – Landó – Ritmos negros es el primer trabajo de estudio, con un compendio de los ritmos latinos por excelencia.

Mariella Köhn – Ritmos negros

La vida tiene, posiblemente, los compases contados desde que nacemos. Empezamos a vivir y, mientras tanto, muchos ritmos van marcando nuestras vidas, cuando decidimos que ritmo queremos seguir, algunas veces vienen los retos de saber estar en el asiento de la serenidad, en el horizonte perfecto, enfrente del mar o en la montaña, y cuando crees que la inmensidad puede contigo… Siempre aparece el Amigo, la verdad es que siempre está allí.

Tienes sed y no le tienes que pedir agua, quieres dormir y te pones la almohada, tienes hambre y te lo sirve en el mejor mantel, brinda contigo y cree en ti.

Este trabajo va dedicado a mi familia y a la familia en la que se han convertido mis amigos, tambien a todos los momentos en los que sain avisarte estabas allí, a todas las historias que se han convertido en canciones y a la inmensa facultad de saber escuchar lo que la vida dice.

Uno – Toromata

Caitro Soto. Landó

Toro mata y toro mata, toro mata rumbambero. ¡Ay! toro mata.

La color no le permite hacer que quite el Pititii. ¡Ay! toro mata.

Toro viejo se murió, mañana comemos caine. ¡Ay! toro mata.

¡Ay! la pondé, pondé, pondé, este negro no es de aquí, este negro es de Acarí.

Hay que sacar a ese negro, ¿quién trajo a ese negro aquí?

¡Ay! la pondé, pondé, pondé. ¡Ay! la pondé.

Dos – No pretendo ser

Mariella Köhn. Landó

No pretendo ser una prolongación de tus sueños, no pretendas ver a través de mis ojos lo que siento.

No pretendo creer que tú eres mi luz y no quiero poner fusibles, lámpara ni cruz.

¡Qué locura! tú dices soy así, no calculas, no supones tal vez no quiero reír.

No pretendas creer que eres la luna y sol de mis sueños, no pretendas ver mi real cara o cruz en el silencio.

No pretendo creer que tú eres mi luz y no quiero poner fusibles, ni lámpara azul.

¡Qué locura! tu mágica ternura no calcula el amor en este mar de cordura.

No pretendo ser una prolongación de tus sueños, no pretendas ver en tan solo un segundo el monumento.

No pretendo creer que tú eres mi luz y no quiero poner fusibles, lámpara ni cruz.

¡Qué locura! tú dices soy así. No calculas, no supones tal vez no quiero reír.

Tres – Nuestro secreto

Félix Pasache. Vals

Este secreto que tienes comigo nadie lo sabrá… Este secreto quedará escondido una eternidad.

Yo te aseguro nunca diré nada de lo que pasó, no te preocupes que todo lo nuestro queda entre tú y yo.

Nadie sabrá que tu pecho juntito al mío ha latido, que disfrutamos instantes de fascinante dulzura.

Nunca diré que hubo noches en que te adoré con locura, nadie sabrá que en tus brazos rendida de amor me quedé dormida.

Nadie sabrá que tu pecho juntito al mío ha latido, que disfrutamos instantes de fascinante dulzura.

Nunca diré que hubo noches en que te adoré con locura, nadie sabrá que en tus brazos rendida de amor me quedé dormida.

 

Cuatro – Si canto landó

Mariella Köhn. Tanguillo landó

Cuando yo canto landó se me quiebra el sentimiento y evocan a mis sentidos la gran Chabuca y Camarón.

¡Vaya! se juntaron dos, gitano de pura raza y Chabuca de piel blanca y el tinte negro en el corazón.

Deja que te cuente Camarón, deja que te cante cómo es que suena mi cajón con las manos negras, la fina estampa se alimente con mi alma y con tu voz y rompa el cajón gitano la risa del diablo Gallo Camarón.

Si canto landó ¡ay! como se eriza el viento. ¡Ay! como se eriza el viento. Mi viento.

Cuando yo canto landó tengo un nudo en la garganta y que corazón aguanta el cante jondo de Camarón. Hay que llamar al doctor, del mejor color moreno para que asista a Chabuca, a quitarl el cante con un bordón.

Si canto landó ¡ay! como se eriza el viento. ¡Ay! como se eriza el viento. Mi viento.

 

Cinco – ¿Dónde está mi arroz?

Mariella Köhn. Festejo

Cuando llegué a España ¡ay Dios! mire que añoranza me dió, le voy a contar lo que a mí me sucedió.

No solo es mi caso no, hay mucho latino señor. Pasados los años superé la depresión.

Ir a un restaurante era mi calvario cuando preguntaba por la guarnición, solo papas fritas o una ensaladita y yo preguntándome ¿dónde está mi arroz?

Arrocito blanco y bien graneadito, su poquito de ajo y hojita de laurel. El ajinomoto toque de sabor, señora Tomasa ¿dónde está mi arroz?

Pedí unas alubias guardé la esperanza y tímidamente miré a mi alrededor, las alubias solas en aquel platito y yo preguntándome ¿dónde está mi arroz?

Seis – Carmela

Popular afrovenezolano

Yo me enamoré de la noche ¡ay! Carmela, yo me enamoré de la noche Carmela ¡oh! y la luna me engañó.

La luna no engaña a nadie Carmela, la luna no engaña a nadie Carmela ¡oh! y la engañada fuí yo.

Como quieres que yo vaya ¡oye Carmela!, como quieres que yo vaya Carmela ¡oh! de penitencia al calvario.

De rodillas por el suelo ¡oye Carmela!, de rodillas por el suelo Carmela ¡oh! siendo el camino tan largo.

MAldito sea el amor ¡ay! Carmela, maldito sea el amor Carmela ¡oh! y el amor maldito sea.

Yo he venido a esta vida ¡oye Carmela!, yo he venido a esta vida Carmela ¡oh! a llevarme todas las penas.

Yo quiero que cuando muera ¡oye Carmela!, yo quiero que cuando muera, Carmela ¡oh! me monten una parranda.

Con San Juan y San Benito, Carmela, Con San Juan y San Benito, Carmela ¡oh! y que bailemos en la playa.

Hueso, que hueso, hueso. Dale, que dale, sale. Tum tum tum, la puerta. Tum tum tum, la puerta.

Me pica aquí, rasguñao. Me pica acá, rasguñao. Me pica abajo, rasguñao. Me pica al lao, rasguñao. Me pica arriba, rasguñao.

Ya con ésta me despido ¡oye Carmela!, ya con ésta me despido Carmela ¡oh! y despedirme yo no quiero.

Pero te dejo mis versos ¡ay! Carmela, pero te dejo mis versos Carmela ¡oh! que son buenos y sinceros.

Siete – Duerme negrito

Atahualpa Yupanqui. Popular

Duerme, duerme, negrito que tu mama está en el campo negrito.

Duerme, duerme, negrito que tu mama está en el campo negrito.

Te va a traer codornices para ti, te va a traer muchas cosas para ti, te va a traer carne de cerdo para ti, te va a traer muchas cosas para ti.

Y si el negro no se duerme, viene el diablo blanco y ¡zás! le come la patita.

Duerme, duerme, negrito que tu mama está en el campo negrito.

Trabajando, trabajando duramente, trabajando sí, trabajando y no le pagan, trabajando sí, trabajando y va tosiendo, trabajando sí, trabajando y va de luto, trabajando sí, prara el negro chiquitito, trabajando si.

Ocho – Pregón de la chichera

Victoria Santa Cruz. Pregón

Chicha que el cuerpo mejora y acaba con la desdicha la chicha de Terranova, de Terranova la chicha.

Casera, casero ya llegó, de Terranova chicha, de Terranova.

Quien toma un vaso para calmar su sed, vuelve enseguida por dos o tres.

Ayer traje de maní y hoy día vendo chicha de Terranova.

Quien toma un vaso para calmar su sed, vuelve enseguida por dos o tres.

Con un vaso de la chicha que vendo, más de un enfermo grave sanó.

Esta chicha buena quita las penas y el mal humor, medio real el vaso grande de chicha y por siete centavos hay dos.

Esa chicha buena quita las penas y el mal humor, la chicha de mi tinaja ya se va a acabar, ya se va, la chichera ya se va y mañana volverá.

Nueve – Maldito amor

Mariella Köhn. Vals

Quiero de una vez por todas te encuentres conmigo y rompas tu silencio.

Si en todo este tiempo aún mi fuego abrasa todos tus pensamientos, si tu dignidad te permite verme como en otros tiempos.

Pienso que mi amor por ti turbó mi libertad, que la entregué en tus manos, no la mereciste, bien la traicionaste.

Esres ya pasado en esto de amar, ya no me arrepiento, nada es en vano.

Maldito amor el que viví por ti, puse el silencio a la orden de tu voz y sin motivo te alejaste de mí. Estúpida fui.

Maldito amor que me apagó la luz.

Mi amanecer de noche fuiste tú, tus besos y  mi boca combinación perfecta de una historia de amor.

Quiero que sepas, que ahora tú eres para mí lejano recuerdo, que doce palabras las guardé por ti cuando eras aún mi cielo, pero hoy las saco de golpe para que se las lleve el viento.

Diez – Tata Cimarrón (saca la mano)

Chucho Valdés. Festejo

Somos la raza más pura y el mundo lo dice, una vela se enciende, Melchorita bendice.

Saca la mano, saca los pies y saca la cabeza si no la quieres perder.

Si quieres tú bailar, si quieres aprender a Chincha, Chincha tienes que volver.

Si quieres tú bailar, si quieres aprender debes sacar la mano y luego sacar los pies.

Si quieres tú bailar, si quieres aprender a Chincha Chincha tienes que volver.

Once – La flor de la canela

Chabuca Granda. Vals

Déjame que te cuente limeño déjame que te diga la gloria del ensueño que evoca la memoria del viejo puente, del río a la alameda.

Déjame que te cuente limeño ahora que aún perfuma el recuerdo ahora que aún se mece  en un sueño el viejo puente, el río y la alameda.

Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminaba la flor de la canela derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que el pecho llevaba.

Del puente a la alameda menudo pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de su cadera, recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba del puente a la alameda.

Déjame que te cuente limeño, ¡ay! deja que te diga moreno mi pensamiento, a ver si así despiesrtas del sueño, del sueño que entretiene moreno tu sentimiento.

Aspira de la lisura que da la flor de canela adórnala con jazmines matizando su hermosura. Alfombra de nuevo el puente y engalana la alameda, que el río acompasará su paso por la vereda.

Y recuerda que…

Jazmines en el pelo y rosas en la cara, airosa caminabva la flor de la canela derramaba lisura y a su paso dejaba aromas de mixtura que el pecho llevaba.

Del puente a la alameda menudi pie la lleva por la vereda que se estremece al ritmo de su cadera, recogía la risa de la brisa del río y al viento la lanzaba del puente a la alameda.

Doce – ¡Me gritaron negra!

Victoria Santa Cruz. Pregón

Tenía siete años apenas, apenas siete años
Qué siete años! No llegaba a cinco siquiera!
De pronto unas voces en la calle
Me gritaron Negra! Negra!
¿Soy acaso negra? me dije:
¿Qué cosa es ser negra? ¡Negra!
Y yo no sabía la triste verdad que aquello escondía ¡Negra!
Y me sentí negra, ¡Negra!
Como ellos decían ¡Negra!
Y retrocedí ¡Negra!
Como ellos querían ¡Negra!
Y odié mis cabellos y mis labios gruesos
Y mire apenada mi carne tostada
Y retrocedí ¡Negra!
Y retrocedí ¡Negra!
Y pasaba el tiempo, y siempre amargada
Seguía llevando a mi espalda mi pesada carga
Y cómo pesaba!…
Me alacié el cabello, me polvee la cara
Y entre mis entrañas siempre resonaba la misma palabra
¡Negra!

Hasta que un día que retrocedía, retrocedía y qué iba a caer
¡Negra!, y qué?, y qué? ¡Negra!
Si ¡Negra soy!
¡Negra! ¡Negra soy!
De hoy en adelante no quiero laciar mi cabello
No quiero, no quiero
Y voy a reírme de aquellos,
Que por evitar según ellos
Que por evitarnos algún sinsabor
Llaman a los negros gente de color
Y de qué color! ¡Negro!
Y qué lindo suena! ¡Negro!
Y qué ritmo tiene! Al fin comprendí, al fin
Ya no retrocedo, al fin
Y avanzo segura, al fin
Avanzo y espero
Y bendigo al cielo porque quiso Dios
Que negro azabache fuese mi color
Y ya comprendí al fin
Ya tengo la llave! ¡Negro !
¡Negra soy!